martes, 27 de junio de 2017

¿La oscuridad de la crucifixión
fue un eclipse solar?

Philip Kosloski

En agosto, millones de personas en Estados Unidos podrían experimentar una oscuridad similar a la vista hace 2000 años.
Según ABC News, “este agosto, Estados Unidos experimentará su primer eclipse solar total de costa a costa después de 99 años”. Este tipo de eclipse solar sucede “cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol y se interpone exactamente en el centro, bloqueando la luz solar (…). En este caso, el eclipse total durará hasta 2 minutos y 40 segundos en determinados lugares”. Los que estén en el “camino de la totalidad”, es decir, en los lugares desde donde se verá un eclipse total y no parcial, experimentarán una oscuridad total en pleno día.

Sin duda será una experiencia única que no se repetirá hasta dentro de muchos años. Nos hace recordar el relato del Evangelio sobre la crucifixión, donde se describe una oscuridad total similar a la que muchos verán en agosto.
Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. (Lucas 23,44-45; El libro del pueblo de Dios)
Sin embargo, muchos eruditos de la biblia señalan que decir que la oscuridad era debida a “un eclipse de sol”, según se recoge en algunas traducciones de la biblia, como la antes mencionada y la americana New American Bible Revised Edition, no es del todo cierto. El texto griego estaría mejor traducido en la Revised Standard Version Catholic Edition, donde no se menciona eclipse alguno que motive la ausencia de luz solar, o la traducción de Douay-Rheims, donde se expresa simplemente que “el sol se oscureció” [“the sun was darkened”].
¿Qué fue entonces? ¿Por qué se oscureció el Sol aquel Viernes Santo?
Algunos teólogos creen que Jesús falleció el 3 de abril del año 33. Los documentos históricos constatan que aquel día se registró un eclipse lunar (y no solar). Según el sitio web Star of Bethlehem, “únicamente un eclipse lunar en la Pascua judía fue visible desde Jerusalén durante el mandato de Pilates. Sucedió el 3 de abril del año 33 d. C.”.
Es más, “cuando la luna se alzó aquella noche, era de rojo sangre (…). Las ecuaciones de Kepler indican que la Luna ya se alzó en eclipse, ya de rojo sangre [no recibe luz directa del Sol, sino que se ilumina solo la tenue luz refractada y enrojecida por la atmósfera terrestre]. (…) A la fuerza, esto supone que el eclipse comenzó antes de la salida de la luna. Con software podemos mirar más abajo del horizonte y ver la sombra de la Tierra iniciar el eclipse. Al hacerlo, descubrimos que a las 3 p.m., con el último aliento de Jesús en la cruz, la luna estaba enrojeciéndose”.
En los Hechos de los Apóstoles, Pedro hace referencia a una profecía en el libro de Joel que parece confirmar este fenómeno: “El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre” (Hechos 2,20).
La causa de una falta de luz solar durante tres horas sigue siendo un misterio para la ciencia y, probablemente, se debió a una intervención milagrosa de Dios. Esto explicaría por qué no hay otros relatos sobre el cielo oscurecido, ya que solo fue visible en Jerusalén.
Fuera cual fuese el caso, si queréis vivir una experiencia similar a aquel cielo del Viernes Santo, comprobad el “camino de la totalidad” y así podréis ser testigos de “la oscuridad cubriendo toda la tierra”, este agosto en Estados Unidos. (Fuente: Aleteia).

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