martes, 3 de enero de 2017

Priistas, al asalto de Morena

José Luis "Chanito" Toledo.
En menos de un año, José Luis Pech Várguez ha tirado por la borda el trabajo de quienes han creído en el proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador y que se sumaron entusiasmados a las filas de Morena. El sueño de un nuevo partido político que realmente combatiera y se opusiera a la corrupción y la impunidad se ha convertido en una pesadilla de la que es protagonista el “satánico Dr Pech”, que está transformando al partido de izquierda en una sucursal del PRI.

El repudio que manifestó la mayor parte de los afiliados a Morena en Quintana Roo por la designación de Pech Varguez, primero como candidato a la gubernatura y después como delegado estatal, se reafirma ante la inminente desbandada priista, orquestada en lo “oscurito”, muy al estilo de José Luis Pech, quien ha pactado con su jefe político de siempre, Eduardo Ovando Martínez, para entregar el partido a tricolores que ven en Morena la posibilidad de un renacer político, pues en el PRI son productos de desecho, pero en Morena, ya con la infiltración masiva de priistas, podrán trabajar a sus anchas para satisfacer sus ambiciones personales.
Eduardo Ovando Martínez.
La declaración de Eduardo Ovando Martínez sobre su renuncia al PRI y su afiliación a Morena dejó en claro que José Luis Pech venía trabajando en silencio para que aquel se integre al partido que le brindó la confianza de dirigirlo, sin que los militantes tuvieran la mínima idea de la gran traición que el ex priista estaba organizando contra la mayor parte de los fundadores de Morena en Quintana Roo.
A Ovando Martínez se le han sumado Arturo Castro Duarte, José Luis “Chanito” Toledo, Juan Carlos Pereyra y ahora también Gabriel Mendicuti, a quienes seguramente se les entregarán cargos y puestos con miras al proceso electoral federal de 2018, lo que sin duda provocará un severo conflicto interno.
Estos priistas son ampliamente conocidos por sus grandes dotes políticas tradicionales, entre las que se encuentran la compra de conciencias, la manipulación social para invadir terrenos y abandonar a la gente a su suerte, el enriquecimiento desmedido y la ostentación ofensiva, sin embargo y aprovechando la invitación de López Obrador para integrar priistas a su partido político con miras al 2018, Pech Varguez encontró el momento ideal para desplazar a quienes trabajaron con entrega y dedicación en la formación de Morena y en las pasadas elecciones.

Juan Carlos Pereyra.
Y en contubernio con quien ha causado severos daños desde el interior de Morena, Omar Sánchez Cutis, José Luis Pech ha emprendido una campaña de desprestigio contra quienes representan riesgo para sus intereses personales, particularmente contra los actuales regidores en la zona norte del estado, con la clara intención de aplicar la misma dosis que utilizaron contra los diputados plurinominales en la XV Legislatura, abandonándolos primero, desprestigiándolos declarando que no satisfacen los requisitos de Morena, que traicionan al partido y por último tramitar la expulsión sumaria de quienes lograron alcanzar un cargo público por su ardua labor de promoción del proyecto político de Morena y que hoy son un estorbo para Pech y Sánchez Cutis, quienes solo piensan en sus intereses políticos de ser candidatos a senador y diputado federal, respectivamente, para el proceso electoral 2018.

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