miércoles, 30 de noviembre de 2016

Partidos “patito”, del cielo al
purgatorio en Quintana Roo

Si de por sí se encontraban en crisis permanente, Movimiento Ciudadano, el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social han entrado prácticamente al purgatorio, en donde aguardan un destino que se vislumbra fatal, luego de que el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) les retiró las prerrogativas al no haber alcanzado el tres por ciento de votación total en la pasada jornada electoral del 5 de junio.

De esta forma los tres seguirán como partidos nacionales, donde aún no han perdido dicho status, pero en Quintana Roo tendrán que valerse de los recursos que reciban de sus respectivos comités a nivel central.
El caso del Partido Encuentro Social es muy peculiar, pues ser la “cenicienta” en las elecciones le significaba un enorme reto dado que competía contra dos coaliciones que se disputaron la gubernatura estatal (PRI-PVEM-Panal y PAN-PRD), pero además contra otros partidos, también de la “chiquillada”, con más experiencia en estas lides y que lucharían con todo para tratar de salvar sus pellejos, como el PT, cuyo mandamás es Hernán Villatoro, quien tiene secuestrado al partido y lo ha convertido en su fuente de recursos personales y “agencia de colocaciones” para sus familiares e incondicionales, además de Movimiento Ciudadano, que pese al camino recorrido ha perdido la brújula con personajes que van y vienen como candidatos.
Ante este panorama el PES tenía tal vez alguna posibilidad de competir entre la “chiquillada”. Su apuesta fueron dos personajes, si bien conocidos, con dudoso y criticable pasado político reciente. Por una parte Gregorio Sánchez se levantaba quizá como el activo más seductor para las masas. El ex presidente municipal de Benito Juárez emprendió una campaña aguerrida, principalmente en contra de Julián Ricalde Magaña, su discípulo y rival, con el fin de restarle el mayor número de votos posibles al candidato de la coalición PAN-PRD y sumar para su causa personal y del partido que lo postuló. Greg, en este sentido, ganó perdiendo, pues si bien no obtuvo la presidencia municipal, sí sumó un número considerable de votos que lo convirtieron en regidor. El otro personaje importante era Carlos Mario Villanueva Tenorio, dirigente estatal del PES y ex presidente municipal de Othón P. Blanco, a cuyo paso dejó una estela muy cuestionable de quebranto financiero del municipio capitalino. Sin embargo él también tuvo su recompensa personal, pues se convirtió en diputado local por la vía plurinominal.
Antonio Cervera.
En donde sí falló totalmente la apuesta del PES fue en el abanderado a la gubernatura, al postular a un gris e insípido personaje ex panista como Rogelio Márquez Valdivia, quien sólo fue capaz de aportar para la causa 19 mil 274 votos. No obstante, estas fueron las cartas más fuertes, pues fuera de estos tres personajes, el Partido Encuentro Social no existió.
Mención especial tiene el Partido del Trabajo, cuyo dirigente estatal Hernán Villatoro se ha encargado de cavarle su propia tumba, pues ha convertido a este instituto político en “agencia de colocaciones” para sus familiares e incondicionales, como su pareja sentimental Lorena Martínez Bellos y la sobrina de ésta, Miroslava Reguera Martínez, quienes fracasaron rotundamente en las pasadas elecciones.
Y aunque el PT trató de dar la campanada en Bacalar, municipio que consideraba su gran bastión y esperanza, no pudo con otro de sus incondicionales: Mauricio Morales Beiza, quien sin embargo se quedó en el intento y perdió la presidencia municipal ante el Panal, aunque pudo colocarse como regidor. Otra de las cartas fuertes en este municipio fue la candidata a diputada local, Tania Casa Madrid, reconocida luchadora social en la demarcación, quien sin embargo también naufragó en el intento y poco después de las elecciones renunció al partido, no sin antes llamar a Villatoro Barrios mantenido político, convenenciero, sumiso y entreguista.
Gregorio Sánchez Martínez.
Sin embargo Hernán Villatoro y Lorena Martínez no se resignan a perder poco más de 400 mil pesos mensuales de prerrogativas que obtenían del Ieqroo y anunciaron en días recientes que apelarán la decisión de dejarlos sin estos jugosos recursos.
Movimiento Ciudadano es un caso aún más crítico, pues ni siquiera postuló a un candidato a gobernador. Sin brújula, navega sin dirigente estatal y sin nadie que dé la cara, pues aunque se supone que sus cartas más fuertes y visibles son Ludivina Menchaca y Antonio Cervera, pareciera que Movimiento Ciudadano es una “papa caliente”, pues ninguno asume el liderazgo que necesita el partido. Ludivina Menchaca salió del Partido Verde para convertirse en candidata a la presidencia municipal de Puerto Morelos, donde cumplió su función de restarle votos al candidato de la coalición PAN-PRD, Manolo García Salas, y de paso convertirse en regidora. En el caso del llamado “Pelón” Cervera, su candidatura le dio la oportunidad de convertirse también en regidor en Benito Juárez y seguir presente en la política local, aunque sin asumir un papel protagónico dentro del partido, que al igual que el PT y el PES bajó a las profundidades de donde difícilmente podrá salir.

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